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Las adquisiciones sensoriomotoras durante los primeros años de vida originan los procesos del pensamiento.

Para alcanzar las bases de una lectura inteligente los niños deben adquirir el hábito de pensar, y los juegos corporales y sensoriales están planificados para ejercitar el pensamiento durante el desarrollo infantil.

El movimiento de todo el cuerpo es fruto del desarrollo del niño y, a la vez, es propulsor de ello. Nos movemos gracias al desarrollo sensorial que nos aporta información sobre nosotros y el mundo que nos rodea, así madura el sistema nervioso y muscular facilitando la precisión del movimiento y favorece el desarrollo cognitivo que nos permite interpretar la información que recibimos de nuestro cuerpo y de nuestro entorno.

La psicomotricidad es movimiento y mente integrando al máximo los sentidos para conseguir: conocimiento y conciencia del propio cuerpo, interiorizar sensaciones, postura adecuada y equilibrio, dominancia de la lateralidad, buena coordinación ojo-mano, buena percepción de los sentidos, organización espacio tiempo y buena motricidad fina de mano con adecuada direccionalidad en los grafismos.