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Los ojos no solo deben ver claro sino que deben moverse con la misma agilidad y precisión, con un enfoque adecuado y de forma coordinada (coordinación binocular), para que el cerebro realice con facilidad la fusión de las dos imágenes que provienen de ellos consiguiendo así un buen rendimiento visual en la escuela, en el trabajo y en el deporte.

Entre las habilidades visuales que determinan la eficacia visual se encuentran:

La motilidad ocular; es la capacidad de dirigir los ojos  hacia un  objeto, seguirlo de forma suave y precisa mientras se mueven y realizar los cambios de fijación entre dos objetos.

Las personas que realizan con dificultad los movimientos oculares, pueden presentar poca fluidez lectora, errores al leer como repetición, omisión o cambios en letras, palabras o cifras, necesidad de seguir con el dedo para no perderse... Todo ello afecta a la comprensión lectora.

El enfoque o acomodación  es la capacidad de enfocar con nitidez a cualquier distancia. Una buena flexibilidad de enfoque nos permite cambiar de lejos a cerca o viceversa con rapidez y eficacia.
Las personas con dificultad en la acomodación, pueden tener dificultad en mantener el enfoque durante las actividades de cerca como la lectura y ordenador. En los estudiantes es frecuente la queja de ver borrosa la pizarra, después de estar leyendo un tiempo prolongado

La coordinación Binocular es la capacidad de sincronizar los movimientos de los dos ojos para que el cerebro las pueda fusionar, ya sea cuando miramos de cerca (convergencia), o de lejos (divergencia). Una buena visión binocular permite estereopsis o visión en 3D.

Una disfunción corriente de coordinación binocular es la insuficiencia de convergencia, que puede llegar a producir visión doble al realizar tareas en visión cercana. En los niños observamos que tienden a cerrar o a taparse un ojo para evitar la diplopía (visión doble).